¿Cuándo Depurarnos?
Hígado congestionado, hígado amenazado
Congestión hepática, significa que hay un mínimo de bloqueo en la función hepática. Cuando esto ocurre nuestro organismo nos avisa con diferentes síntomas tanto físicas como emocionales. En la medicina tradicional china, y deseo ocurra en el resto de medicinas, la depuración del hígado es indispensable para cualquier tratamiento y mantenimiento del sistema digestivo y endocrino.
Sabemos que el hígado es el órgano más grande del cuerpo humano, es el que recibe la mayor parte de sangre, drena casi toda la sangre del intestino. Todos los alimentos absorbidos van directamente al hígado, donde puede ser almacenado para su posterior utilización cuando sea necesario. El hígado como bien sabemos es el procesador de nutrientes del cuerpo, es el órgano encargado de metabolizar una cantidad enorme de minerales y nutrientes. El hígado es el gran depurador, cuya función es deshacerse de sustancias nocivas como lo son el alcohol, las drogas, fármacos, toxinas del medio ambiente, restos de residuos que dejan los alimentos procesados, y otras sustancias químicas como aditivos y pesticidas. Una función importante del hígado es que desactiva y elimina hormonas que se quedan en la circulación sanguínea.
¿Cuándo es necesario depurarnos?
Algunas de las señales que nos indican que nuestro cuerpo necesita depurarse son:
- El insomnio, ya que el exceso de toxinas dificulta la producción de las sustancias que inducen al sueño.
- Cuando el dolor de cabeza aparece sin una razón aparente, así sea de una manera esporádica, es probable que tengan que ver con la acumulación excesiva de toxinas en el cuerpo. Las partículas ambientales, los añadidos químicos de algunos alimentos, sustancias volátiles de ciertos perfumes son causas habituales de esta reacción.
- Las flatulencias son comunes cuando el organismo tiene dificultad para digerir ciertas sustancias, o bien, cuando hay alteraciones en la flora bacteriana del intestino. Esto puede indicar una disminución en la producción de enzimas digestivas, determinantes para una óptima digestión de los alimentos. Padecerlo con regularidad puede ser señal de una acumulación de desechos.
- Problemas de piel como eczemas, sequedad, prurito, acné.
- El mal aliento o halitosis es un síntoma que se origina por muchas patologías, incluyendo la diabetes y las dificultades hepáticas. Su aparición es un claro indicativo de que los órganos excretores tienen dificultades para remover las toxinas.
- Tener sobrepeso puede ser el resultado de tener una retención de toxinas. Los residuos que se quedan en el torrente sanguíneo y resto de los tejidos afectan al proceso de absorción de nutrientes y, a su vez, alteran las funciones metabólicas que ayudan a transformarlos en energía.
- Personas polimedicadas, o que llevan tomando medicamentos de forma prolongada.
¿Cómo podemos ayudar al organismo a depurarnos?
Es importante tener en cuenta que cada individuo es único, con su ritmo de vida, hábitos alimenticios, estilo de vida, energía vital propia, y entorno específico, por lo que la depuración y su efectividad va a depender de muchos factores.
- Seguir una dieta depurativa, sana, fresca, de proximidad, de temporada, ligera, baja en grasas, rica en vegetales, sobre todo hojas amargas, y líquido.
- Potenciar los siguientes alimentos: espárragos, brócoli, berros, col, coles de Bruselas, ajo, cebolla, contienen glutatión, un potente antioxidante que protege las células hepáticas de las agresiones causadas por los radicales libres, el alcohol o por el continuo y prolongado consumo de fármacos. La papaya, el aguacate, la rúcula, así como especias como el comino y la canela, también ayudan al cuerpo a producirlo. El apio, la alcachofa y el puerro son alimentos muy depurativos.
- Potenciar alimentos crudos y verduras amargas en los menús.
- Evitar las grasas saturadas y trans, los azúcares, las harinas refinadas y los aditivos, carne roja y embutidos. El exceso de estos alimentos, además de favorecer la obesidad, acelera el envejecimiento del hígado.
- Evitar en la medida de lo posible la toma de medicamentos prolongados. Máxima hidratación como agua, agua templada con limón, caldos de verdura, infusiones de plantas hepáticas (diente de león, cardo mariano, menta, ortiga, boldo, alcachofera, desmodium, etc), dietas de fácil digestión.
- Diferentes tipos de ayuno, muy puntual, y adaptado a cada ocasión, y temporada del año (primavera y otoño), constitución, y necesidades de la persona.
- Cuidar tu salud emocional. El estrés inflama, oxida y resta defensas a nuestro organismo.
- Actividad física suave y adecuada.
- Contacto continuo con la naturaleza, y espacios naturales.
- Respirar aire puro, libre de contaminación, beber agua limpia y de calidad, tomar el sol.
Nuestro cuerpo nos habla!!!
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