Escucha tu cuerpo
Nuestro cuerpo es sabio
El ritmo de vida que llevamos, no nos permite que nos detengamos a escuchar a nuestro cuerpo, él es sabio y constantemente nos está dando avisos, a través de signos y síntomas. Por ello es importante que aprendamos a hablar su idioma, pues en él se encuentran respuestas a varias inquietudes y pesares.
Muchas enfermedades son el resultado de un cúmulo de emociones reprimidas, sin resolver, durante un cierto tiempo. Nos hemos acostumbrado a vivir en constante alerta, lo que, en muchas ocasiones, nos impide tomar verdadera consciencia de lo que nuestro cuerpo intenta comunicarnos.
Esta reacción, no es más que un esfuerzo del propio organismo por recuperar el equilibrio perdido. Los síntomas nos muestran que hay un desequilibrio interno, nos enseñan que algo no va bien. A veces la causa no está necesariamente en la parte del cuerpo donde se expresa, sino que quizás sea nuestra zona del cuerpo más sensible. Según el Dr. Gregorio Marañón "A veces un cierto grado de enfermedad es el único modo de prolongar la vida..."
¿Qué es una crisis curativa?
La crisis curativa es una reacción del cuerpo que puede aparecer durante el proceso de curación de una enfermedad o por un proceso de limpieza o desintoxicación. La crisis curativa nos ayuda a recuperar el equilibrio perdido durante la enfermedad.
¿Por dónde podemos comenzar?
Es importante que cada persona sea capaz de desarrollar su manera de sintonizar con sus necesidades individuales, pues cada cuerpo es un mundo. Se puede comenzar por algo tan sencillo como por ejemplo, si estás cansado, descansa. No hagamos más de lo que, de manera natural, nuestro cuerpo es capaz de soportar.
Antes de acudir a medicamentos que cortan el síntoma o dolor o malestar, es importante investigar la causa, la manera de vivir que llevamos, ir a la raíz del problema, y que nos ha llevado a tal situación. El tratamiento debería ser etiológico, es decir, debería estar orientado a eliminar la causa original. Debemos ser capaces de descifrar las pistas de nuestro interior y así encontrar la solución.
Todo tratamiento que está orientado a la supresión del síntoma de manera intencional y voluntaria, sin resolver primero la causa, promueven un incremento del desequilibrio vital y un empeoramiento del organismo en su conjunto, volviendo una enfermedad aguda en otra más grave, crónica y rebelde a los tratamientos etiológicos.
Elimina la causa, y el síntoma desaparecerá simultáneamente. Comencemos por nutrir nuestro cerebro, pues nuestra forma de pensar, de sentir, y nuestras emociones son las que dan la fuerza motora a todo proceso curativo.
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